Esperando que me recoja el Uber para ir al aeropuerto. El tercer día ha habido unas 120 mesas con un setenta y cinco por ciento de ocupación. El domingo estoy seguro de que estará lleno.
Este Pen Show sin experiencia y relaciones no hubiera sido lo mismo. En general precios altos y los expositores poco proclives a negociar. Hoy, al menos, había seguridad.
Balance final agridulce: satisfacción por las compras realizadas; sin embargo la mala organización ha empañado el evento.
Ahora toca regresar a casa y disfrutar de los recuerdos y de las piezas adquiridas.
Hasta el año que viene… O hasta el próximo Pen Show.